lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Ahora sí u otro espejismo?



¿Se repetirá esta imagen de Dirk?

Los Mavericks de Dallas son un equipo excelente en temporada regular, su problema es que no pueden ganar en playoffs. Este año su inicio ha puesto a soñar a su afición

Por: Jesús Serrano

Autores de la legendaria pifia de 2006-2007, cuando los Warriors de Golden State los echaron en primera ronda cuando ellos eran el mejor equipo de la liga, es muy difícil creer en los Mavericks de Dallas. Y es que los Mavs simplemente pueden vencer a cualquier equipo durante la temporada regular, pero en playoffs pueden perder de la forma más miserable que pueda concebirse.

De hecho los Mavericks (12-4) se han superado, cuando pensamos que no pueden caer más bajo, inventan una nueva forma para auto guillotinarse de las formas más inverosímiles.

Y si es oro de tontos no se sabrá hasta abril, pero los Mavs ya derrotaron a Boston, el viernes, le tumbaron una racha de 11 victorias al hilo al mejor equipo de la liga, los Spurs de San Antonio, y por si fuera poco el sábado (en noches consecutivos) aumentaron la agonía de los Heat de Miami al propinarles la quinta derrota en los últimos seis juegos y casi sumirlos en una marca mediocre.

Sin poder hacer la gran contratación (que hubiera sido Carlos Boozer (Chicago) o Al Jefferson (Utah) ), este verano Mark Cuban, el dueño, y la gerencia, dirigida por Donnie Nelson, el hijo del legendario coach, se dedicó a firmar a Dirk Nowitzki, que fintó durante semanas en irse, durante el verano de la mejor cosecha de agentes libres.

Desapercibida pasó la firma de Tyson Chandler, que venía de desastrosas campañas en los Bobcats de Charlotte, y ahora el centro es en el inicio de la campaña 2010-2011 el elemento que faltaba a la ofensiva por siempre alegre de los Mavs.


¿Qué pasará por sus mentes cuando superan su miseria anterior?


Durante años los Mavs han sido culpados por su nula defensiva, y tras perder la Final ante Miami en la temporada 2005-2006, luego de ganar los primeros dos juegos, los bonos de los Mavs no hacen más que pintarlos como un equipo intermitente y nulo a la defensiva.

Pero es que perder al año siguiente en primera ronda contra Golden State 4-2, cuando tenían un récord de 67 victorias, simplemente es demasiado. Por si fuera poco tenían a Dirk Nowitzki como MVP y aún así fue la segunda vez en la historia en que un equipo sembrado número ocho elimina al sembrado número uno de la Conferencia, y de la NBA.

El problema es que Dallas cosechó campaña de 50 victorias al siguiente año, pero fueron eliminados otra vez en primera ronda, lo que llevó a una limpia definitiva del staff, incluyendo la salida del coach Avery Johnson.

Para muchos Dallas jamás sería de cuidado mientras se negara a defender. Es así que trajeron al ex coach de Detroit, Rick Carlisle, y sus esquemas mixtos de defensiva le obsequiaron a Dallas otra campaña de 50 triunfos, pero una salida en segunda ronda ante los Nuggets de Denver.

Sin embargo, Cuban, que siempre está listo a hacer contrataciones espectaculares o prescindir de miembros del staff, decidió darle tiempo al experimento con Rick Carlisle.

Lo curioso es que parecía un experimento desafortunado (una más de sus pésima decisiones), ya que luego de una campaña de 55 ganados, los Mavs, fieles a su doloroso estigma, volvieron a perder en primera ronda, ante los odiados rivales Spurs de San Antonio. Ante tal panorama, Dallas desapareció de los favoritos a siquiera poner resistencia ante la hegemonía Laker este año.

Y bien, ¿son de verdad?

Los Mavs han hecho suficiente como para hacer nacer el excepticismo de cualquiera. El problema de los Mavs no ha sido la ofensiva desde 2001, cuando saltaron a la palestra como un auténtico espectáculo, un equipo capaz de revolucionar el juego para bien, vamos un conjunto que mete más de 100 puntos por partido y se preocupa por el show.

El sueño de Cuban y de la fanaticada Maverick era convertirse en el primer conjunto de la historia en practicar ofensiva uptempo en conquistar un título, destruyendo de paso el hecho de que sólo equipos con grandes defensivas pueden cosechar un título.

Pero si los Mavs consiguen el título este año (lo cual calificaría como una de las historias deportivas más grandes de todos los tiempos, de hecho cualquiera que venza a los Lakers), entonces su vieja proclama se desvanecerá, porque si han regresado a la consideración como pretendiente al título, ha sido gracias a su defensiva.


¿Será esta la única manera de conseguirle un anillo a Dirk?

Esta campaña, sin embargo, hay un énfasis en el juego de media duela que permite que los Mavs sean inusitadamente el 22 de la liga en ofensiva, con 97.63 puntos por juego. Lo fantástico es que su defensiva es la cuarta de la liga, permite 92.6 tantos por partido. Lo anterior es como entrar en la dimensión desconocida, pues Dallas en verdad puede estar construyendo su caso para ser el rival de los Lakers.

Dallas es además el tercer equipo más afectivo desde el campo con .473 de porcentaje, y permite .437, el quinto de la liga. Su onceavo sitio en porcentaje de triples permitidos (.355) es bastante respetable, lo que en suma nos dice que los Mavs al momento están hablando en serio, un buen balance defensivo, sumado a su efectividad tradicional, a su ofensiva explosiva de años, habla de que por fin las piezas del rompecabezas de Carlisle están embonando.

Con problemas por resolver como la baja de juego de Caron Butler y los problemas disciplinarios de Brendan Haywood, los Mavs aún no pueden desplegar su potencial y aún así ya están con marca de 12-4, con registro de 6-1 de visita y 6-3 en su arena.

Muchos datos, como el hecho que ocho de sus 12 victorias vinieron ante equipos con récord ganador, la cantidad de rachas de victorias que han finalizado en Dallas, gracias a su aplomo al enfrentar a pesos pesados, pero sobre todo el dato de tener a Nowitzki como tercero en anotación con 26.3 por partido, a Jason Kidd como quinto en asistencias con 9.3, y su quinto lugar en asistencias como equipo (23.31), hablan de una unidad cohesionada, de un equipo al que hay que darle por enésima vez el beneficio de la duda.

Sin embargo, así finalizarán con 70 victorias, los Mavericks saben que su problema es perder los estribos durante los playoffs, donde se toparán a sus némesis Spurs, tarde o temprano, y si su buena fortuna llegara a ser tanta como para acceder a la cuarta Final de Conferencia de su historia, derrotar a los Lakers borraría parte de su historial de infamias, pero ahora mismo es algo tan inalcanzable que no se vislumbra.

Pero la historia no es ociosa, por lo que su repentino cambio de estilo y de forma puede sólo ser sólo un espejismo, el enésimo que nos tocará presenciar de los Mavs.



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