lunes, 13 de diciembre de 2010

Cambiando la estrategia

Ejem..., ¿quién es tan listo como para
atreverse a descartar al grandioso Tim Duncan?



Los Spurs de San Antonio ganaron sus cuatro títulos apelando a una defensiva asfixiante, sin embargo, esta campaña son la ofensiva más explosiva y anotadora en lo que constituye su mejor inicio en 42 años de historia

Por: Jesús Serrano

Spurs está que no cree en nadie. Luego de su mejor comienzo de la historia, los Spurs de San Antonio, ganadores de tres títulos la pasada década y uno de los equipos más influyentes en el juego de la presente, contra todos los pronósticos, están poniendo junta una de las más grandes actuaciones de su historia.

La contratación de Richard Jefferson en el verano de 2009 hizo pensar a muchos que Spurs estaba decidido a echar la casa por la ventana en la que muchos afirmaban sería la última gran campaña del big three texano que les dio tres de esos títulos, Tim Duncan, Manú Ginóbili y Tony Parker, pero Jefferson no se adaptó al esquema de juego de Gregg Popovich (uno de los más complejos de toda la liga, similar a la de un equipo de la NFL).

Y luego las lesiones del big three tuvieron la gran consecuencia, de derrotas en la campaña regular, por lo que el coach Pop optó por foguear a sus talentosos jóvenes de banca, George Hill, DeJuan Blair (y darles el papel de futuros substitutos de la dupla Duncan-Parker), sin dejar perder la campaña, pero comprendieron que sin sus tres estrellas en óptimas condiciones sería imposible sorprender en los playoffs.

Y aún así los Spurs se las arreglaron para llegar a postemporada, derrotar 4-2 a los Mavericks de Dallas en primera ronda, para luego ser barridos 4-0, ante los Suns de Phoenix, algo que no había pasado desde 2000, ya que el deporte favorito de los Spurs había sido nada menos que arrasar a Phoenix en todas las formas posibles. Esa fue la campanada definitiva para un cambio radical.

Para 2010, Spurs refirmó a Ginóbili, pero le puso como condición que no debía ir al Mundial de Turquía durante el verano, ya que su historial de lesiones en torneos internacionales, ha repercutido en la actuación del equipo. Sobre todo la campaña de 2009, luego de los Olímpicos de Beijing, ya que era el plan de Popovich que ante un lesionado Duncan, el de Bahía Blanca se hiciera cargo de la ofensiva.

Ni Manú ni Parker (seleccionado de Francia) acudieron a la cita en Estambul, y dedicaron todas sus fuerzas a preparase para una campaña en la que nunca se mencionó a un equipo que pudiera con los Lakers, que lograron el bicampeonato.

Y el inicio de la presente campaña se ha visto a un equipo diferente. Desde su último viaje a las Finales en 2007 (cuando barrieron a los Cavaliers de Cleveland entonces de LeBron James), los Spurs no habían podido poner una campaña en la que hubiera balance, su defensa lucía bien por momentos, pero su gran problema eran los grandes lapsos sin anotar.


Manú es un artista, y uno de los jugadores más

menospreciados de la historia


Todo ello se unía a la crítica de que eran un equipo viejo, y el mismo Jefferson que parecía traer una torta bajo el brazo fue ineficiente en su primer campaña, lo que bajó los bonos del equipo, aunado a la posibilidad de que Parker, quien terminaba contrato en 2011, se fuera, probablemente a los Knicks.

Todo ello contribuía a que la mayoría descartase a los Spurs como contendientes. Pero luego todo fue ubicándose, el primero de noviembre Parker firmó extensión del contrato por cuatro años y 50 millones de dólares, y con su espectacular y contundente armador, Ginóbili en su mejor nivel físico, y los novatos conjuntándose espléndidamente en la precampaña, los Spurs estaban en verdad listos.

Muchas cosas cambiaron en la forma de trabajo del coach Popovich.

Normalmente Ginóbili venía desde la banca, pero esta temporada ha sido titular, y uno muy productivo, (20.0 puntos y 4.8 asistencias por juego) que sería una injusticia que Manú no vaya al Juego de Estrellas, Jefferson halló su nicho y ahora el monstruo de tres cabezas tiene cuatro, y junto con Duncan, Parker, y un siempre confiable Antonio McDyess, probablemente sea la quinteta más efectiva de la NBA.

El comienzo de 20-3, los ha colocado en primer lugar, no sólo de la salvaje Conferencia Oeste, sino de la liga, y lo curioso es que lo han hecho convirtiéndose en un equipo anotador.

En un año en que los Mavericks de Dallas por fin están defendiendo, haciendo creer a todos que han aprendido de sus fatídicos errores del pasado, los Spurs contra todo lo que podría pensarse de ellos se han convertido en el equipo con mejor porcentaje en triples, .444, el séptimo en tiros de campo con .469, promediando 106.4 puntos por juego (cuarta), y su defensa es la novena de la liga, limita a los rivales a 96.4 tantos.

Lo que más debe dar alegría al coach Pop y a la organización, es el tiempo que Duncan pasa en la banca, promedia 28.8 minutos de juego (lo más bajo en su carrera), y la efectividad del equipo permite que los titulares se reserven para el terrible y desgastante nivel que les espera en la postemporada.

Por años se había dicho que Spurs comenzaba a jugar su mejor juego después del Juego de Estrellas que señala la mitad de la campaña, y volar bajo el radar ha sido su estrategia en todos los años en que han sido campeones (1999,2003, 2005, 2007) nunca en años consecutivos.


Tony Parker busca que esta escena se repita al

final de esta campaña (sólo que la chica sobre él no será más

Eva Longoria)

Spurs lo lograba siendo la mejor defensiva, y ahora todo ha cambiado y los de San Antonio están además, haciendo el relevo generacional al darle minutos al brasileño Tiago Splitter, a Gary Neal, y descubriendo nuevo talento que la mayoría de los equipos despreció, como en el caso de Parker, Ginóbili, y ahora Blair, Neal, Hill y ahora Danny Green, Alonzo Gee y James Anderson, y sin descuidar el trabajo de un equipo contendiente, y es que mientras Duncan-Ginóbili y Parker estén juntos, los Spurs podrán dar una sorpresa siempre como underdogs.

Lo que debe aterrorizar al resto de la NBA, es que Spurs nunca ha sido favorito en los años en que ha sido campeón, y que jugar en la temporada regular de forma óptima no es una de sus metas, sino calificar y mostrar su verdadero juego en los playoffs, y para muestra la campaña anterior, cuando calificaron como séptimos de la siembra (por criterio de desempate ante Oklahoma City no fueron el octavo) y con el equipo diezmado por lesiones cimbraron a los Mavericks, nada menos que el número dos de la clasificación.

Por tal motivo, el actual desempeño de Spurs debe verse con cierto excepticismo, pues están saliendo de su tónica habitual. Pero si Spurs es capaz de jugar tan brillantemente como hasta ahora, en los playoffs, se encargarán de arruinar una vez más el sueño dorado de la NBA de ver en una final a Kobe Bryant contra LeBron James.

Retando al padre tiempo, Duncan y compañía están listos para hacer los últimos esfuerzos para conseguir otro Larry O’Brien a expensas de los poderosos bicampeones, veremos si les alcanza.


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