domingo, 31 de octubre de 2010

John Wall: el nuevo bólido de la NBA


El movedor de bola de los Wizards de Washington, está llamado a grandes hazañas, pero sobre todo, a ser el jugador más rápido de la liga, en una campaña en que Allen Iverson, el anterior jugador más rápido, jugará en Turquía

Por: Jesús Serrano

¿Quién diablos es Allen Iverson? Al paso que va, John Wall nos lo hará olvidar rápidamente. Si es que la posición de centro está desapareciendo de la NBA, y del básquetbol en general, una de las más prolíficas esta campaña, que reboza de talento, y que ha experimentado una notable evolución, es la de movedor de bola.

La cosecha de point guards que está dando la liga desde hace unos años deja a la que curiosamente es la posición más difícil y más demandante de todo el roster, como virtualmente la única que ha recibido un influjo de evolución del juego en casi diez años.


Aquí con el coach Flip Saunders

Curiosamente viene este comentario en un año en que LeBron James, el dos veces Most Valuable Player, prácticamente se hará cargo de esas funciones en su nuevo súper equipo, los Heat de Miami, como una suerte de Magic Johnson de esta época. No ociosamente Johnson es el mejor movedor de bola de todos los tiempos.


Y en el año en que se espera la consolidación de talentosos jugadores como Derrick Rose de los Bulls de Chicago, Rajon Rondo de los Celtics de Boston, Tireke Evans de los Kings de Sacramento (el actual novato del año de la campaña 2009-2010) y Stephen Curry de los Warriors de Golden State, jugadores llamados a sustituir a los Jason Kidd, Chauncey Billups y Steve Nash, de la década pasada.

Esta deslumbrante cosecha de los últimos años se viene a engalanar esta recién iniciada campaña de 2010-2011, con lo más parecido que ha llegado a la liga profesional desde Allen Iverson. Ese hombre es el movedor de los Wizards de Washington, primera selección del draft, John Wall.


Contra Atlanta el sábado

Wall es el favorito de muchos para conquistar el título de novato del año, y en su segundo juego de la campaña, el número dos de los Wizards, anotó 28 tantos frente a los Hawks de Atlanta, el sábado pasado. Lo impresionante del caso es que fue un partido que finalizó los primeros dos cuartos con sólo seis tantos para el joven de veinte años.

Pero en la segunda mitad, Wall simplemente estalló para anotar 12 en el tercer cuarto (todos consecutivos), y 10 en el cuarto definitivo, empujando a su equipo a empatar y dar pelea a los Hawks, que lucen como una potencia de la Conferencia por tercer campaña en fila.

Luego de un debut en que su equipo fue aplastado 112-83 por los Magic de Orlando, y en el que Wall anotó 14 en 6 de 19 desde el campo y tres pérdidas de balón. En su segundo partido, Wall pareció encontrar la brújula de su juego, y ese mismo instante, que en muchos talentosos jugadores puede retrasarse hasta años, o jamás llegar en una liga tan difícil y competitiva como la NBA, simplemente debe hacer palidecer a los rivales, pues Wall es un futuro all star en donde se le mire.



Una apuesta segura en la posición, su llegada hace prescindible el aparatoso contrato de Gilbert Arenas, que no ha jugado por una lesión en el tobillo, y le da un engrane más a los Wizards para la reconstrucción que enfrentan dirigidos por el competente coach Flip Saunders.

Lo que Wall puede hacer es mover un equipo en cancha abierta, no debido a pases de precisión milimétrica, sino al rompimiento rápido, que este joven corre como si estuviera poseído, es un personalista, porque es difícil que sus compañeros le sigan el paso, aunque cuando los ve los pasa el balón, prueba son sus nueve asistencias por juego.

Y esa fue la forma en que Wall metió a su equipo al juego, sus rompimientos rápidos, le hacen cruzar la cancha en sólo unos cuantos segundos, y guiando a un equipo joven con Andray Blatche, Al Thornton y JaVale McGee, delanteros capaz de correr el rompimiento rápido en forma vertiginosa, Wall puede brillar inusitadamente en sus números de temporada.

Su estatura de 1:93 y su peso de 88 kilos, lo hacen más pesado que el mismísimo Answer, Allen Iverson, pero a diferencia de Iverson, el fuerte de Wall difícilmente está en derrotar a un rival con el drible entre las piernas, sino en cómo puede ganar el aro del rival con su velocidad.

Hasta ahora el mejor jugador en esa posición atravesando la cancha era Tony Parker, el base de los Spurs de San Antonio, pero Parker ha sufrido lesiones que han minado su físico poco a poco, y ha tenido que desarrollar un tiro de media y larga distancia para sobrevivir en la NBA.

Parker es más bien un centro con habilidades y tamaño de point guard, su juego de pies le ha dado una huella característica a su estilo, y aunque guardia anotador, su trabajo es más el de facilitador del juego.

El caso de Wall se emparenta más bien con el de Iverson. El fantástico Iverson jugará esta campaña en Turquía, y con Wall yendo y viniendo es posible que no se le extrañe. Iverson llegó a la NBA como point guard, pero en realidad su posición natural es la de shooting guard, o escolta, uno de los mejores en uno contra uno que han existido, el mejor drible de cross over, y uno de los mejores penetradores del área que han pisado una cancha de baloncesto. ¿Qué pensará el lector cuando vea a Wall?

Wall utiliza el drible no para adornar un movimiento, como el estilo callejero de Iverson, de florituras y adornos. De hecho Wall luce ordinario, sin corte de cornrows, y sin actitud controversial ni tatuajes, Wall luce como alguien ordinario, claro, hasta que toma el balón en rompimiento rápido.

Wall utiliza el quiebre para dar el paso extra que necesita para vencer a su oponente pero ese dominio y ventaja natural es más evidente en el fast break, y aún si va contra tres oponentes, su velocidad puede batirlos en cancha abierta, pues su movimiento es ir siempre hacia adelante, sin fintas innecesarias. Es un asesino práctico.



Es un caso distinto al de los mejores movedores de balón de la liga de la actualidad. Chris Paul de los Hornets de Nueva Orléans es lo más parecido a la acepción vieja del término point guard (guadia punto), es decir, el origen de la ofensiva.

Paul, de estatura menuda y habilidades para penetrar limitadas, ha forjado su juego pasando a sus compañeros, con la anticipación y el IQ más avanzado de la posición, que es básicamente pasar primero antes que tomar la ofensiva. Paul es un movedor en el sentido clásico del término, en ese aspecto.

Luego está Deron Williams, el actual mejor movedor de la liga, que basa su estilo particular en su estilo físico, que aunado a su tiro de media y larga distancia, lo hacen un combo guard, un guardia que es competente en todas las áreas del juego que se requieren de un armador, de un director de orquesta.

El último caso es el base de los subcampeones, los Celtics de Boston. Es el rarísimo caso de Rajon Rondo, un movedor defensivo, que se ha formado siendo el facilitador de un equipo repleto de estrellas, y que por éso mismo ha brillado, pues ha retrasado al máximo su desarrollo de un tiro de media y de larga distancia, herramientas necesarias para brillar en el juego moderno.

Rondo es una versión moderna del legendario Bob Cousy, incluso en sus movimientos old school, pero es un jugador tan raro que su juego parece un híbrido entre todas las posiciones. Sin embargo, lo que le cuesta subir al mayor escalafón de los movedores es su falta de tiro perimetral.

El caso de Wall es ligeramente distinto, porque el producto de la Universidad de Kentucky (sólo pasó el año reglamentario antes de declararse para el draft de 2010), es un movedor que ya posee un tiro de media que puede ser devastador y su tiro de tres es bueno, y aún está en pleno desarrollo.

El enigma es su físico, que aunque le ayuda a tener una velocidad aparatosa, será contraproducente contra guardias combo como Williams, y el todavía excelente Chauncey Billups de los Nuggets de Denver, movedores a los que Wall puede vencer con su velocidad a campo abierto, pero esa es una situación que puede llegar a darse pocas veces en un partido.

Muy temprano en la campaña, pero Wall ya estableció su caso para novato del año, al anotarle 28 puntos y sumar nueve asistencias al equipo número tres del Este la pasada campaña, los Hawks.

Fueron minutos en el que el joven demostró pinceladas de una futura genialidad, momentos que obligaron al coach de Atlanta, Larry Drew, a pedir tiempos fuera y alterar su plan de juego ante el joven.

Atlanta logró sacar el partido e imponerse 99-95, pero por momentos Wall se tragó y regurgitó a uno de los equipos más fuertes del Este, uno con un atleticismo y velocidad de transición defensiva fulminantes, y a pesar de ser uno de los mejores en ese rubro, JW estaba atormentándolos desde adentro y desde afuera.


John Wall está llamado también a ser uno de los jugadores más espectaculares de la NBA, pero sobre todo un paso más de la evolución de la posición, lejos de las florituras de Iverson, el estilo de poste de Tony Parker, los amagos old school de Rondo, o la fortaleza y fuerza de Williams; Wall, el nuevo bólido de la liga, posee un estilo único que electrizará a la NBA este año y posiblemente los que vienen.

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